• Plato que se hacía casi siempre en días festivos, hoy lo comemos el día deseado, de muchas formas entrante, aperitivo en casa o en bares como tapa, plato con ingredientes al gusto y deseada por todos.
  • 6 patatas medianas
  • 2 zanahorias
  • 5 huevos
  • 100 g de aceitunas verdes rellenas de anchoas
  • 2 latitas de atún en aceite de oliva
  • 175 g de gambas congeladas
  • 30 langostinos cocidos
  • Mayonesa
  • 1 latita de guisantes
  • Agua para cocer
  • Aceite de oliva
  • Sal

Lavar las patatas y zanahorias y cocerlas en una cazuela hasta que estén tiernas.

Enfriar y pelar cortarlas en cuadraditos pequeños.

Cocer los huevos, enfriarlo y pelarlos.

Cocer las gambas y langostinos en agua con sal y cuando tomen color escurrir y reservar.

Picar los huevos en trozos pequeños e incorporarlos a las patatas.

Escurrir el aceite del atún, reservar al aquel, desmenuzarlo y añadirlo a la preparación.

Lavar los guisantes e incorporar también.

Picar 10 langostinos e incorporarlo al preparado, dejando algunos para la decoración.

En un bol poner la mayonesa necesaria y todos los ingredientes picados, salar un poco y mezclar todo bien.

Decorarla al gusto con las aceitunas, guisantes y langostinos, meter en la nevera hasta la hora de servir.


J. M. Occhi - 05 · Noviembre - 2022

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Perteneciente a la familia de los crustáceos y presente en la naturaleza bajo diferentes especies por su carácter genético, de agua dulce o salada, las gambas tienen diez patas y un cuerpo dividido en tres partes: una cabeza que también incluye el tórax, un abdomen (la famosa cola del camarón) y una cola adecuada. Para empezar: gambas capturadas en la naturaleza versus o gambas de cultivo. Las podemos encontrar frescas, congeladas y peladas muy utilizadas en platos de cocina debido a su menor precio.


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Los langostinos o lancostadae son una categoría comercial de crustáceos decápodos del suborden Dendrobranchiata. Son nadadores, de color rosado con vetas amarronadas y caparazón semiduro. Su longitud es de entre 12 y 15 centímetros. Se los encuentra en los mares de todo el mundo. Wikipedia


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Hay que remontarse a principios del s.XX cuando en la localidad de Alcoy se deshuesaban las aceitunas y se rellenaban con lo que hubiera, de hecho, las hacían en las casas y se vendían en algunas pequeñas tiendas, pero sin ser algo conocido fuera de allí. Al parecer sólo era posible hacerlo gracias a las aguas ricas en cal de la zona, detalle crucial para que el producto se mantuviera la textura. Pero no fue hasta 1926 cuando un industrial del textil llamado Cándido Miró Rabasa automatizó el proceso de rellenado de las aceitunas y envasado, inventando todo un proceso de deshuesado que tan buenos éxitos le trajo. La empresa la llamó El Serpis, actualmente Serpis ¿a qué os suena?, y le puso ese nombre en honor al río que pasa por la localidad.