• Dos magnificas verduras de nuestras huertas de dos lugares distintos una en plena temporada y la otra siguiendo la suya según donde se cultiva, plato con muchas vitaminas y un poco de grasa la que aporta el beicon.
  • 8 alcachofas
  • 800 g de borrajas limpias
  • 150 g de beicon
  • 3 dientes de ajos
  • Perejil
  • Aceite de oliva
  • Agua para la cocción
  • Sal

Lavar y quitar las hojas duras de las alcachofas, cortarlas en octavos quitarles las barbas.

Ponerlas en agua con el perejil para que no se oxiden./span>

Cocer las verduras en agua con sal durante 20 minutos o hasta que estén al dente, escurrirlas bien.

Pelar los ajos y picarlos sofriéndolos en un poco de aceite una vez dorados incorporar el beicon rehogando todo bien.

Incorporar las verduras corregir de sal y rehogarlo unos minutos.

Servir caliente.


J. M. Occhi - 07 · Junio - 2022

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La alcachofa tiene orígenes de Oriente Medio y ya era conocida en la época de los egipcios tanto con fines Fito terapéuticos como alimenticios. Su llegada a Italia se debe a los etruscos y así lo atestiguan las numerosas representaciones de hojas de alcachofa en capiteles y bajorrelieves en los templos egipcios y orientales. Hacia el año mil los árabes la descubrieron en Sicilia y desarrollaron una nueva variedad que trajeron a España.


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La borraja es uno de los productos de la tierra más desconocidas, pero probarla es amarla. En países como Francia o Italia, la borraja está considerada como una verdura de lujo y los platos donde tiene un destacado protagonismo se presentan como una especialidad en la cocina de restaurantes de prestigio. En España es muy habitual en la zona de Navarra y Aragón, pero fuera de estas comunidades resulta complicado que la conozcan y, mucho menos, que la consuman. La borraja es una hortaliza originaria del norte de África. Fue distribuida por la Europa mediterránea y Portugal e introducida en Europa central y sudoriental.


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Esta planta, debido a su cultivo generalizado, se considera casi omnipresente, pero sus orígenes parecerían asiáticos, se remontan al suroeste de Siberia, desde donde se extendió rápidamente a la cuenca mediterránea y ya se conocen en el antiguo Egipto. Alimento básico para los judíos. Con el tiempo, el cultivo del ajo se extendió desde el área egipcia a toda la cuenca mediterránea. Los griegos lo utilizaban tanto con fines terapéuticos como alimentarios, llegando a dar sabor al pan.