• Una mezcla de carne picada, calabacín picado y setas todo sin huevo, será un buen segundo plato o salsa para pasta o arroces.
  • 250 g de carne picada de ternera
  • 2 calabacines pequeños
  • 150 g de níscalos o robellones
  • 1 cebolla pequeña
  • 2 dientes de ajos
  • Aceite de oliva
  • Sal

Lavar y cortar las puntas al calabacín cortar todo en daditos, opcionalmente puedes pelar antes la verdura.

Lavar los níscalos, retirar el tallo, picarlos por la mitad y en juliana.

Pelar y picar la cebolla y los ajos en juliana.

Pochar la cebolla y los ajos, trascurrido el tiempo añadir el resto de las verduras, los níscalos y mezclar, cocinar 5 minutos.

Incorporar la carne picada salar y mezclar todo cocinando otros 10 minutos.

Servirlo caliente en la forma deseada como plato o usarlo como salsa para pasta


J. M. Occhi - 05 · Enero - 2022

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Es una hortaliza originaria de América Latina, cuyo cultivo comenzó a extenderse en Europa en el siglo XVI. Por su fácil producción ha sido durante mucho tiempo un alimento destinado a las clases bajas. Hay dos tipos básicos: El calabacín ligero, calabacín oscuro, que por definición es el tipo más conocido Rico en agua y bajo en calorías, el calabacín es fuente de vitaminas C y B9. El alto contenido de potasio y el bajo contenido de sodio les confieren propiedades diuréticas.


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La primera evidencia del uso de aceite se remonta al 4000 a. C., en Armenia y Palestina, pero también en la India. También se encontraron indicios de cultivo del olivo en zonas no aptas desde el punto de vista climático. Griegos y babilonios, En el 2500 a. C. el código babilónico de Hammurabi regulaba la producción y el comercio del aceite de oliva, pero fueron los griegos quienes difundieron el cultivo del olivo en el Mediterráneo. Romanos Fueron los romanos quienes difundieron la planta en todos los territorios del Imperio. Edad Media y Renacimiento En la Edad Media se recuperaron las mejores tierras para la producción de cereales básicos y para el cultivo del olivo, gracias a la intuición de parte de la burguesía comercial, que vio un floreciente comercio de aceite. En el Renacimiento, gracias a las abadías cistercienses y benedictinas, los guardianes de las plantas y hierbas, el cultivo del olivo y la viticultura se salvaron del abandono. 1700-1900 En los albores del siglo XVIII se empezó a catalogar el olivo y sus frutos, clasificándolos según su origen geográfico. El aceite de oliva estaba cada vez más extendido y conocido, dentro de Europa,