• Un clásico de la cocina de nuestras casas pero hoy con el sabor dulzor del pimiento rojo y su buen rehogado.
    • 600 g de judías verdes planas
    • 4 patatas pequeñas
    • 2 pimientos rojos medianos
    • 2 dientes de ajos
    • Aceite de oliva
    • Agua para cocer
    • Sal

Lavar y quitar las hebras a las judías, cortarlas en trozos.

Pelar las patatas y cortarlas en trozos.

Lavar y desvenar el pimiento y cortarlo en tiras.

Cocer las judías, las patatas en agua con sal hasta que estén al dente.

Sofreír en aceite los ajos y los pimientos hasta que los mismos estén blandos./span>

Escurrirlas, las judías y verterlas en el sofrito con un poquito de su agua cocinar otros 5 minutos y que estén en su punto.

Servir caliente.


J. M. Occhi - 27 · Enero - 2022
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Las judías verdes pertenecen a la familia de las Leguminosas, que incluye plantas herbáceas y leñosas repartidas por regiones tropicales, subtropicales y templadas de todo el mundo. Es una planta anual, herbácea y de morfología muy variada. Se cree que la judía verde es originaria de América, en concreto de la zona de México y algunos historiadores afirman que procede de Asia, de China o de la India. Lo que si se sabe que su cultivo comenzó hacia el año 5000 a.C. Esta verdura fue uno de los primeros alimentos que encontraron los europeos que llegaron a América. Sin embargo, su consumo como verdura no comenzó hasta el siglo XIX. De hecho, hasta ese momento se cultivaron sólo por sus semillas.


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Es una de las muchas plantas hortícolas de América del Sur y fue importada a Europa en la segunda mitad del siglo XVI. Esta hortaliza, que por un capricho genético no contiene la sustancia química que hace que la peperoncina sea picante , a diferencia de su hermano no tuvo una rápida difusión en la cocina italiana, aunque se utilizaba en las recetas napolitanas de pasta antes de que el tomate la sustituyera. Dada la multiplicidad de especies, puede ocurrir que un ejemplar de una variedad teóricamente dulce resulte luego picante, por lo que es bueno nunca olvidar probar un trozo antes de utilizarlo.