Poner a descongelar las gambas. Pelar los ajos y filetearlos, sofreírlos en aceite añadiendo la cayena opcionalmente. Una vez estén sin quemarse retirar la cayena y añadir un vaso de agua, tiene que cubrirlas y salar. Comprobar la textura de las alcachofas y si están blandas añadir las gambas descongeladas. Rehogar unos minutos y si se ha absorbido el agua retirarlas y dejarlas reposar. Servir caliente.
J. M. Occhi - 01 - Octubre - 2024
Alcachofas congeladas
Si no es su temporada, pero ¿realmente las quieres? Elígelas congeladas, la solución perfecta para disfrutar de esta deliciosa planta herbácea incluso cuando ya no esté en los puestos del mercado. Pero para disfrutarlas es necesario conocer algunos trucos sobre cómo utilizar las alcachofas congeladas: ¿hay que descongelarlas? ¿Y cómo los cocinas? Aquí encontrará todo lo que necesita saber. En realidad, no es imprescindible descongelarlos antes de cocinarlos, pero si lo prefieres basta con sacarlos del congelador media hora antes, el tiempo justo para que se ablanden un poco. Si son corazones de alcachofa y quieres cocinarlos en una sartén en trozos, entonces primero pásalos al refrigerador hasta que estén listos para procesar, en caso contrario escaldarlos para preparar una crema o cocinarlos enteros. Evidentemente, una vez descongelados se deben consumir a los pocos días y no se pueden volver a congelar. Hay muchas formas de cocinarlas, cocidas, salteadas en sartén en microondas o freidora de aire y alguna mas.
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Gambas congeladas
Deben descongelarse antes de cocinarlos para garantizar que todas las partes del alimento alcancen la temperatura necesaria para matar las bacterias durante la cocción. Además, al exponer al calor una proteína aún fría, se cocinará más rápido por fuera que por dentro. Como las gambas son muy pequeñas, para descongelarlas basta con pasarlas un momento bajo el grifo del agua y, si están en un solo bloque, meterlas en una bolsa y sumergirlas en agua unos minutos hasta que estén todas apartado. Puedes cocinarlas directamente en la sartén una vez descongeladas, o incluso congeladas si son muy pequeñas. Simplemente dóralos unos minutos con aceite y un diente de ajo, si lo deseas, o añade vino blanco o zumo de limón para un sabor más delicado. Hay que tener cuidado de dejar que se evapore bien todo el exceso de líquido procedente del producto congelado porque el resultado final no debe quedar demasiado líquido.