• Una buena pieza de carne se convertirá todavía mejor si la acompañamos de una buena salsa y utilizamos unos hongos de los más apreciados en el mercado, será un plato de lujo en nuestra mesa.
  • 8 carrilladas sin hueso
  • 1 cebolla
  • 1 hoja de laurel
  • 1 zanahoria
  • Agua para la cocción
  • Sal
  • Salsa
  • 1 k de tomate triturado
  • 30 g de boletus hidratados
  • 1 cebolla
  • 3 dientes de ajos
  • Aceite de oliva
  • Sal

Poner a remojo las setas para que se rehidraten.

Pelar 1 cebolla y la zanahoria.

Ponerlo en la olla con la hoja de laurel, las carrilleras y cubrir con agua salar.

Cocer el tiempo indicado, retirar del juego y dejar enfriar, reservar calientes.

Pelar la otra cebolla y los ajos, picarlo muy fino.

Pochar en aceite de oliva unos minutos.

Escurrir los boletus reservando su agua filtrada, añadirlos al sofrito.

Rehogar los boletus incorporando el tomate y un poco de agua de estos y de la cocción de las carrileras.

Cocinar a fuego medio 10 minutos, trascurrido poner las carrilleras y finalizar su cocción,

Servir calientes con su salsa.

Puedes incorporar pasta o arroz blanco y convertirlo en plato único.


J. M. Occhi - 24 - Febreo -2021

#

La carrillera es un corte de carne en el cerdo y la ternera procedente de los músculos maseteros. Corresponde a las partes grasas que se encuentran a ambos lados de la cara y pertenecen a la casquería. La palabra proviene de carrillo. Wikipedia.


#

El Hongo boletus es el más conocido y apreciado entre los hongos comestibles. Es muy fácil de reconocer gracias a las evidentes características familiares que hacen que su descripción sea casi superflua. Sus propiedades son que no contienen grasas y son bajas en calorías, por lo que también son excelentes para quienes quieren adelgazar y para quienes deben seguir una dieta baja en grasas. Son una excelente fuente de minerales, en particular fósforo, potasio, selenio y magnesio. Los hongos también contienen lisina y triptófano, vitaminas B y algunos antioxidantes. Gracias a sus características ayudan al sistema cardiovascular a mantenerse en forma. Durante siglos, los hongos se han considerado una panacea para el sistema inmunológico y, a menudo, se recomiendan en la dieta durante el cambio de estación entre verano y otoño, para ayudar al cuerpo a defenderse mejor. Entre otras cosas, ese es el mejor momento para consumirlos frescos, también por la mayor disponibilidad de hongos que crecen espontáneamente. Durante el resto del año es más fácil encontrarlos congelados o secos.