• Otro plagio al verdadero pesto Genovés, utilizando su misma fórmula, pero cambiando algunos ingredientes nos dará una salsa apetitosa y sabrosa para nuestros platos de pasta.
  • Ingredientes para la receta:
  • 150 g de rúcula, 8 tomates secos en aceite, 15 g de pistachos crudos, queso rallado Parmesano, aceite de oliva el que pida, 1 diente de ajo y sal.

  • Preparación y cocinar:
  • Si los tomates secos no están en aceite, hidratarlos en agua unos 15 a 30 minutos y escurrir bien. Pelar el ajo picarlo muy fino con una prensa o aplastador. Quitar la cascara y piel a los pistachos, meterlo en la batidora y picarlos hasta que sean trocitos pequeños. Meter los tomates, rúcula, ajo y sal en la batidora con los pistacos. Añadir un poco de aceite y triturar hasta conseguir una salsa medio densa, añadiendo más aceite si lo pide. Finalmente incorporar el queso y trituras hasta que se mezcle bien. Si no la utilizamos al momento ponerla en tarro de cristal y cubrir con aceite, meter en la nevera. .


    J. M. Occhi - 01 · Febrero - 2021

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    La historia de la rúcula tiene orígenes ancestrales, de hecho, esta planta herbácea ya existía en la época del pueblo romano, quienes la utilizaban para darle un sabor más aromático a los platos que servían y degustaban y, además, creían que la rúcula podía también ser una sustancia afrodisíaca. Hoy en día es usada en muchos platos, ensaladas, salsa etc..


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    El pistacho (del griego Pistàkion) es una planta originaria de la cuenca mediterránea (Persia, Turquía), cultivada por sus semillas, utilizada para consumo directo, en repostería y para dar sabor a embutidos. Era conocido y cultivado por los antiguos judíos y ya entonces se consideraba un fruto precioso. Por curiosidad cronológica encontramos la palabra "pistacho" por primera vez en el Antiguo Testamento, más tarde en Génesis. Los romanos lo descubrieron en Siria y lo introdujeron en los países del Imperio de Occidente, incluida la Península Ibérica, pero fueron los árabes quienes, enamorados de sus verdes y deliciosos frutos, perfeccionaron e intensificaron el cultivo del árbol del pistacho, al que en sus inicios llamaron Alfóncigo. Los árabes elaboraron numerosas recetas con pistachos y refinadas creaciones culinarias, especialmente machacados y espolvoreados sobre platos de carne..