• Últimamente esta parte de la ternera o cerdo es muy apreciada en la cocina, si la cocinamos con buenos ingredientes será un plato de lujo y con mucho sabor.
  • 8 carrilleras
  • 1 cebolla
  • 1 zanahoria
  • ½ cabeza de ajos
  • 3 patatas grandes
  • 1 hoja de laurel
  • Agua para la cocción
  • Sal
  • Salsa
  • 1 k de tomate triturado
  • 150 g de boletus congelados
  • 1 cebolla
  • 3 dientes de ajos
  • 1 zanahoria
  • Perejil
  • Aceite de oliva
  • Sal

  • Cocción de las carrilleras
  • Pelar 1 cebolla y la zanahoria

    Ponerlo en la olla con la hoja de laurel, las carrilleras y cubrir con agua salar.

    Cocer el tiempo indicado, retirar del juego y dejar enfriar, abrir y comprobar su textura, reservar calientes.

  • Salsa
  • Pelar la otra cebolla y los ajos, picarlo muy fino, pochar en aceite de oliva unos minutos.

    Pelar la zanahoria y cortarla en dados.

    Añadir los boletus y la zanahoria al sofrito, rehogar unos minutos e incorporando el tomate y un poco de agua de la cocción de las carrileras.

    Cocinar a fuego medio 10 minutos, trascurrido poner las carrilleras y finalizar su cocción.

    Pelar las patatas y cortarlas en bastoncitos, calentar aceite y freírlas.

    Dejarlas sobre papel de cocina salar y servir todo calientes con su salsa y las patatas.


    J. M. Occhi -24 - Marzo - 2021
    #

    El Hongo boletus es el más conocido y apreciado entre los hongos comestibles. Es muy fácil de reconocer gracias a las evidentes características familiares que hacen que su descripción sea casi superflua. Sus propiedades son que no contienen grasas y son bajas en calorías, por lo que también son excelentes para quienes quieren adelgazar y para quienes deben seguir una dieta baja en grasas. Son una excelente fuente de minerales, en particular fósforo, potasio, selenio y magnesio. Los hongos también contienen lisina y triptófano, vitaminas B y algunos antioxidantes. Gracias a sus características ayudan al sistema cardiovascular a mantenerse en forma. Durante siglos, los hongos se han considerado una panacea para el sistema inmunológico y, a menudo, se recomiendan en la dieta durante el cambio de estación entre verano y otoño, para ayudar al cuerpo a defenderse mejor. Entre otras cosas, ese es el mejor momento para consumirlos frescos, también por la mayor disponibilidad de hongos que crecen espontáneamente. Durante el resto del año es más fácil encontrarlos congelados o secos.