- 1 lámina de hojaldre
- 4 manzanas reinetas grandes
- Azúcar
- 1 bola de mantequilla
- 60 g de pasas
- Brandy o licor dulce
- 100 g de nueces
- Nata
- 1 huevo
- 2 cucharaditas de
canela en polvo
Remojar las pasas en el licor.
Pelar, descorazonar las manzanas y cortarlas en cubitos.
Caramelizarlas con la mantequilla y azúcar durante 10 minutos a fuego medio sin que se deshagan.
Añadir las pasas escurridas y un poco del licor.
Agregar la canela y remover unos 3 minutos.
Picar las nueces, incorporarlas y dejar enfriar.
Extender el hojaldre con su papel en una placa de horno, poner el relleno, hacer un rulo y cerrar los extremos.
Batir el huevo y pintarlo.
Precalentar el tiempo indicado por el fabricante de la masa y cocinar hasta que esté dorado.
Servir templado, dividido en porciones con la nata.
J. M. Occhi - 22 · Enero - 2014

La historia del strudel parte de las regiones asiáticas, donde los dulces caracterizados por el uso de hojaldres con relleno se remontan a los tiempos lejanos de Mesopotamia. De hecho, se ha encontrado un manuscrito del siglo VIII a. C. que habla de un postre que se había preparado para la corte asiria y que se presentaba como una serie de finas capas de hojaldre rellenas de nueces y miel. A partir de ese momento, muy probablemente, el uso de este tipo de pasta ligeramente crujiente se extendió por Turquía, Grecia y todo el Mediterráneo. Los pasteleros de la época se concentraron en elaborar deliciosos y refinados dulces, creados con hojaldre, melaza y frutos secos, generalmente adornados con nueces y pistachos y perfectos como dulces para el desayuno.