• Postre muy degustado en Alemania y Austria en días de fiesta, hoy lo puedes tomar en muchos lugares y también en las cimas de una montaña en un buen lugar con la bebida que desees. Colabora con esta receta Consuelo Zurita
  • 1 lámina de hojaldre
  • 4 manzanas reinetas grandes
  • Azúcar
  • 1 bola de mantequilla
  • 60 g de pasas
  • Brandy o licor dulce
  • 100 g de nueces
  • Nata
  • 1 huevo
  • 2 cucharaditas de
    canela en polvo

Remojar las pasas en el licor.

Pelar, descorazonar las manzanas y cortarlas en cubitos.

Caramelizarlas con la mantequilla y azúcar durante 10 minutos a fuego medio sin que se deshagan.

Añadir las pasas escurridas y un poco del licor.

Agregar la canela y remover unos 3 minutos.

Picar las nueces, incorporarlas y dejar enfriar.

Extender el hojaldre con su papel en una placa de horno, poner el relleno, hacer un rulo y cerrar los extremos.

Batir el huevo y pintarlo.

Precalentar el tiempo indicado por el fabricante de la masa y cocinar hasta que esté dorado.

Servir templado, dividido en porciones con la nata.


J. M. Occhi - 22 · Enero - 2014

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La historia del strudel parte de las regiones asiáticas, donde los dulces caracterizados por el uso de hojaldres con relleno se remontan a los tiempos lejanos de Mesopotamia. De hecho, se ha encontrado un manuscrito del siglo VIII a. C. que habla de un postre que se había preparado para la corte asiria y que se presentaba como una serie de finas capas de hojaldre rellenas de nueces y miel. A partir de ese momento, muy probablemente, el uso de este tipo de pasta ligeramente crujiente se extendió por Turquía, Grecia y todo el Mediterráneo. Los pasteleros de la época se concentraron en elaborar deliciosos y refinados dulces, creados con hojaldre, melaza y frutos secos, generalmente adornados con nueces y pistachos y perfectos como dulces para el desayuno.