- Cebollas blancas
- Aceite de oliva
- Agua
- Sal
Pelar las cebollas y picarlas en juliana fina.
Introducirlo en un bol cubierto con agua y sal.
Dejarlo en remojo durante seis horas, escurrirlo y estrujarlo.
Volverlo a colocar en agua con sal otras seis horas.
Escurrirlo bien y secarlo con papel absorbente.
Ponerlo bien compactado en un tarro de cristal, cubrir con aceite y un poco de sal.
Cerrarlo, agitarlo y dejarlo reposar el tiempo indicado en sitio fresco y seco.
Una vez abierto, conservarlo en el frigorífico.
J. M. Occhi - 2013 · 2018