La palabra española «sardina» puede designar a diferentes especies de peces de la familia de los clupeidos, estrechamente emparentado con las anchoas y los arenques. Wikipedia

Las conservas nacieron con fines militares, para el abastecimiento de los ejércitos, se han convertido en un objeto insustituible en el día a día de todos nosotros. El primero en desarrollarlos y patentarlos, en 1810, fue un inglés, Pierre Durand, que intuyó el potencial de su descubrimiento, pero prefirió monetizarlo de inmediato: y solo un año después, en 1811, lo vendió a dos industriales, Bryan Donkin. y John Hall, de Bermondsey, cerca de Londres. La idea de Durand, sin embargo, tenía autoría francesa. El gobierno de París, durante las guerras napoleónicas, había anunciado un premio de 12 mil francos para quien propusiera un método eficaz y económico para almacenar grandes cantidades de alimentos, porque el suministro de alimentos era uno de los aspectos más vulnerables de los ejércitos: quien hubiera ideado una forma de alimentar a las tropas con regularidad y con una calidad suficiente y estandarizada, tendría un arma extra contra los enemigos. Fue un cocinero y pastelero de sesenta años quien en 1809 ganó ese dinero: Nicolas Appert, nacido en Chalon-en-champagne en 1749, tuvo su intuición al señalar que el calor eliminaba o ralentizaba los procesos de descomposición de los alimentos.