• El queso azul aportará a este plato todo el sabor un poco picante al plato, pero también suave será un plato de fiesto o de diario.
    • 4 muslos de pollo deshuesados
    • 200 g de champiñones
    • 2 dientes o 1 manojo de ajetes
    • 100 g de queso azul
    • Leche evaporada
    • Aceite de oliva
    • Sal

Salar los muslos y pasarlos por la plancha untada de un poco de aceite una vez saladas, dar vuelta y vuelta.

Retirar y reservar.

Limpiar los champiñones con papel de cocina cortando la parte que contiene la tierra, picarlos en juliana.

Pelar los ajetes retirando las partes duras, cortarlos en rodajitas y pocharlos en aceite sin quemarlos.

Añadir los champiñones y cocinar hasta que estén al dente y hayan consumido el agua que sueltan.

Incorporar los muslos y dejar tomar sabor unos minutos.

En una cazuela diluir el queso con un poco de leche hasta conseguir una crema ligera,

Verterlo sobre los muslos y champiñones corregir de sal y cocinar unos 5 minutos.

Servir todo ello caliente.


J. M. Occhi - 26 · Febrero - 2022

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La carne de pollo es como se denomina a los tejidos musculares y órganos procedentes del pollo. Es muy frecuente encontrarla en muchos platos y preparaciones de la culinaria de todo el mundo. Su carne se considera un alimento básico y es por esta razón por la que se incluye en el índice de precios al consumo. Wikipedia


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La leche evaporada es aquella leche que se le ha extraído cerca de un 60% del agua existente en la leche. Suele presentarse enlatada y su mayor ventaja es que soporta grandes períodos de almacenamiento (desde semanas hasta meses, dependiendo de la marca del producto). La leche evaporada es más espesa que la leche normal y, para su consumo, sólo es suficiente agregar agua. A diferencia de la leche condensada, la leche evaporada no contiene azúcar.


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Su sabor y su color provienen de la presencia de un hongo característico: el Pénicilium roquefort, resultante a su vez del moho de un pan de centeno llamado “pan de Roquefort”. Para producirlo, o bien se inocula la leche o la cuajada, antes de elaborar un queso, o bien se "espolvorea" el propio queso, en el momento del moldeado. Para asegurar una buena penetración de la seta en el interior de la masa, se perfora con una serie de agujas. Luego, se deja desarrollar (algunos dirían que se pudre) en una cueva a la temperatura y humedad ideales. Aunque existen en otros lugares, en Inglaterra y Quebec, los más famosos son el francés. El más emblemático es sin duda el Roquefort, producido en un pequeño pueblo del mismo nombre en Aveyron... Su producción está protegida desde el siglo XV por un decreto del rey Carlos VI. Una leyenda dice que este queso fue "descubierto" por un pastor que olvidó su comida en una cueva mientras cortejaba a una hermosa joven. Cuando volviera, su pan y queso se habrían enmohecido. Sin embargo, fue al probarlos como habría descubierto el azul.