- 500 g de harina
- 125 ml de aceite de oliva virgen extra
- 200 ml de vino blanco seco
- 10 g de sal fina
- 5 g de guindilla molida
- Agua para la cocción
Poner los ingredientes en un bol y amasarlo hasta lograr una pasta homogénea y elástica.
Hacer una bola, cubrirla con un paño y dejar que repose en un lugar fresco durante el tiempo indicado.
Hacer bolitas de unos 7 o 9 g, alargarlas hasta unos 6 o 7 cm y unir las puntas para formar unas rosquillas.
Depositarlas extendidas sobre la mesa de trabajo.
Hervir agua en una cazuela y cocerlas en tandas de una docena.
Retirarlas con una espumadera cuando floten y ponerlas en una bandeja forrada de papel de cocina.
Colocarlas en una bandeja de horno forrada de papel vegetal y hornear el tiempo indicado o hasta que se doren.
Sacarlas y dejar que se enfríen.
Se puede sustituir la guindilla, por hierbas aromáticas, pimienta, cúrcuma...
J. M. Occhi - 8 · Septiembre - 2017